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Dios viene de Temán;
el Santo, desde el monte Parán. Selah

»Su gloria cubrió los cielos,
la tierra se llenó de su alabanza.
Su resplandor es como la luz.
Rayos brillantes salen de su mano;
allí está escondido su poder.
Delante de su rostro va la mortandad,
y tras sus pies salen carbones encendidos.

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